Estancia insólita en un A-Frame en el corazón del Aude
A solo 25 minutos de Carcasona, regálense una escapada única en este alojamiento insólito con forma de A-Frame, enclavado en un entorno verde y tranquilo. Su arquitectura original y acogedora se integra perfectamente en los paisajes ondulados del Aude y ofrece una experiencia fuera de lo común.
Las dos terrazas acondicionadas —una orientada al amanecer y la otra al atardecer— invitan a disfrutar cada instante frente a las colinas verdes, los majestuosos Pirineos y el pintoresco pueblo de Mazerolles-du-Razès. Aquí, todo está pensado para aprovechar la calma, el aire puro y la belleza de Occitania.
Un entorno ideal entre relax y descubrimientos
Este refugio de paz es el punto de partida perfecto para explorar la región. Rutas panorámicas entre la Montaña Negra y los Pirineos, visita a la ciudad medieval de Carcasona (clasificada por la UNESCO), descubrimiento de los castillos cátaros y de la abadía de Saint-Hilaire… tantos tesoros al alcance de la mano.
Los amantes de la gastronomía disfrutarán de los viñedos cercanos de la Malepère, las catas de vinos locales y las especialidades del territorio, desde el cassoulet de Castelnaudary hasta el famoso carnaval de Limoux. En el lugar, la propietaria también ofrece talleres de cerámica, una actividad creativa y acogedora para llevarse un recuerdo hecho a mano de su estancia.
¿Por qué nos encanta?
La arquitectura insólita A-frame, atípica y llena de encanto.
Las terrazas con vistas a los Pirineos y al campo del Aude.
La proximidad a Carcasona y a los lugares emblemáticos de Occitania.
Las experiencias locales auténticas: cerámica, viñedos y patrimonio.
Un refugio ideal para una estancia en pareja, en familia o con amigos, donde lo insólito rima con serenidad.
« Hemos imaginado este A-frame como un refugio para dos, un pequeño nido fuera del tiempo. Aquí, todo está pensado para frenar el rythme, reencontrarse y saborear la sencillez: el crepitar de la leña en la estufa, el canto de los pájaros al despertar, la luz que atraviesa el gran ventanal…Estamos encantados de poder recibirles en este lugar que amamos profundamente y de ofrecerles un paréntesis de dulzura y complicidad. Vengan con sus maletas, lo demás deja de tener importancia: la naturaleza y la serenidad se encargan de todo. »