Olvida las paredes. Olvida las pantallas. Bienvenido al Domo, un capullo geodésico escondido como un secreto en medio de un huerto ecológico de manzanos, en el corazón del valle salvaje y luminoso del Loue.
Sin Wi-Fi. Sin enchufes. Sin ruido. Solo el susurro de las hojas, la curva suave del domo, una cama acogedora y el cielo como techo.
Un refugio insólito y confortable, pensado para los amantes de la naturaleza, del silencio... y de las noches inolvidables.
Según la temporada, compartirás este rincón de paraíso con tranquilas ovejas, el zumbido de las abejas… o la generosidad de los manzanos cargados de fruta.